junio 30, 2011

Emplearán supercómputo en la UNAM para recrear fenómenos del Universo

La Crónica
Isaac Torres Cruz

La astronomía no sólo se hace con telescopios y matemáticas, observatorios y buenas ideas, sino que además requiere de un gran poder de cómputo para procesar todos los anteriores.

Para entender mejor la colisión de dos galaxias, por ejemplo, los científicos hacen una simulación computarizada, a la que agregan todas las variantes que comprenden, como sus millones de estrellas, los millones de años luz de su tamaño y los millones de años más que tardarán en fusionarse. Son muchos millones de millones como para hacerlo en una computadora personal.



Por tanto, los astrónomos se valen de supercomputadoras conformadas por grandes clústers de computadoras, tecnología con la que ahora cuenta el Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM y que permitirá la eficiencia en la investigación de los expertos que estudian el cosmos de manera teórica, pero que también será de gran utilidad para los investigadores observacionales.

Recientemente, la revista Science publicó los resultados de un estudio internacional donde el satélite Swift de la NASA localizó una ráfaga de rayos gamma proveniente de la destrucción de una estrella que se acercó demasiado a un agujero negro masivo, en el centro de una galaxia distante y en el cual participó William Lee, director del IA.
La nueva supercomputadora que inicialmente empleará cerca de 300 procesadores CPU, apunta, podría utilizarse para realizar simulaciones numéricas que se comparen con los datos de Swift, por ejemplo. Entrevistado después de la inauguración de Atocatl (cefalópodo en náhuatl), recuerda que sus investigaciones se basan en este tipo de simulaciones, donde también recrea la muerte de estrellas, así como la interacción entre estrellas que forman parte de sistemas binarios, para los que ha usado equipos poderosos en el pasado, pero no uno tan moderno, y que estará a disposición de los investigadores del instituto, así como de sus estudiantes posdoctorales.

MUCHOS TERABYTES


Atocatl permitirá recrear un universo simulado de acuerdo con las teorías más actuales de la ciencia, cuyos resultados servirán para corroborar, analizar o proponer aquellas que expliquen mejor cómo ha evolucionado; también posibilitará hacer lo propio con las estrellas, desde que nacen hasta su muerte, entre otros.

La investigadora Magdalena González trabaja en astrofísica de altas energías; sus investigaciones buscan entender fenómenos cósmicos que ocurren en las lejanías del Universo, como una explosión de rayos gamma. Para ello utiliza datos de partículas que han llegado a la Tierra después de millones de años y han sido detectados en el Observatorio de Rayos Gamma Milagro, en EU.

Los chorros de partículas que llegan hasta aquí no tienen otra forma de ser analizados más que con enormes bases de datos, poder que sólo pueden brindar equipos como Atocatl. Al terminar el año, se espera que tenga una capacidad de 200 terabytes de almacenamiento.

Esta herramienta además contará en su primera fase con 8 procesadores de tipo GPU (unidades de procesamiento gráfico), utilizados comúnmente en videojuegos, pero que comienzan a emplearse para cálculos científicos, que permitirá desarrollar recursos humanos que exploten esta nueva aplicación.

Dichas características, que hacen de Atocatl una supercomputadora híbrida única en el país, también permitirían al instituto insertarse en la red mundial de Observatorios Virtuales, un conjunto de centros con colecciones de datos astronómicos que facilitan el estudio del Universo, refiere el astrónomo Octavio Valenzuela, otro de los gestores del proyecto.

Pero la máxima casa de estudios ya cuenta con la supercomputadora Kan Balam en la Dirección General de Cómputo Académico, sin embargo, de acuerdo con la investigadora Bárbara Pichardo, en la UNAM son demasiados compitiendo por este recurso. “El proyecto surgió por las mismas necesidades del instituto, puesto que teníamos que recurrir a las herramientas de supercómputo fuera de la de la UNAM y el país”.

Aunque el equipo en el IA, financiado por la Universidad y Conacyt en partes iguales (2.4 millones de pesos) es más bien “modesto” a comparación de Kan Balam próximo a actualizarse, tiene la capacidad de crecer progresivamente dentro del mismo instituto, conforme se invierta en el proyecto, así fue pensado para no caer en la obsolescencia en pocos años y se actualice de manera continua.

“La astronomía teórica requiere herramientas poderosas, en vez de telescopios, como la observacional necesita de un gran cómputo para analizar datos o hacer simulaciones que comparemos con éstos”, puntualiza William Lee, aunque también es una herramienta útil para los astrónomos observacionales.

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