diciembre 06, 2006

Premio Nacional 2006 Juan B. Oyarzabal de Ciencia y Tecnologia

Estimados compañeros,
Me da mucho gusto informarles que Marco A. Moreno Corral, investigad
or del IA en Ensenada, es el ganador de otro premio más, otorgado por la Universidad Autonoma de la Ciudad de Mexico en el concurso titulado "Premio Nacional 2006 Juan B. Oyarzabal de Ciencia y Tecnologia" organizado por esta universidad.

Marco obtuvo el premio con su libro "Las ciencias exactas en Mexico: periodo colonial", el libro fue seleccionado entre varias decenas de trabajos y el premio consiste en diploma, dinero en efectivo y la publicacion del libro ganador.
Sinceras felicitaciones a Marco y esperamos que siga cosechando
muchos premios mas.
Saludos

Estela de Lara

diciembre 02, 2006

Entrevista sobre ESOPO a Alejandro Farah



Investigación astronómica de vanguardia en México
Pubicaddo el lunes 20 de noviembre de 2006 en el
Diario La Razón

Gabriela Casas

ESOPO es un espectrógrafo de mediana resolución que se instalará en la parte baja del Telescopio de 2.1 metros del Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, Baja California. Este espectrógrafo tiene como objetivo modernizar el observatorio, cuyo telescopio es el más potente que existe en México.

La idea es que el observatorio tenga instrumentos de nueva tecnología. El espectrógrafo con el que se cuenta actualmente es antiguo, al sustituirlo se podrá seguir haciendo investigación con este telescopio que todavía es muy eficiente, afirmó en entrevista con Diario La Razón el ingeniero mecánico por la UNAM , Alejandro Farah Simón, gestor del proyecto ESOPO.

–¿Qué es el proyecto ESOPO?

–Es de carácter totalmente institucional, y participan científicos del Instituto de Astronomía de la UNAM (CU y Ensenada). Para él se desarrollan y aplican áreas del conocimiento científico-astronómico, así como de óptica, electrónica y mecánica. El personal involucrado tiene una amplia experiencia en el uso de las técnicas espectroscópicas, en el diseño y construcción de instrumentos astronómicos, incluidos los de nuestro observatorio y de otros telescopios como el HET (de la Universidad de Texas) y el GTC (del Instituto de Astrofísica de Canarias).

“Se va a llevar casi cuatro años de desarrollo, aunque el proyecto es más viejo, pero no se había desarrollado por falta de dinero, hasta hace cuatro años, cuando se consiguió y ahora le faltan cuatro para concluirlo.

“Este proyecto está funcionando bajo la norma internacional para proyectos de instrumentación específicos de astronomía, esto es, con una serie de arbitrajes, de regulaciones, documentación y especificaciones. Por ello, contamos con árbitros o revisores del proyecto de todo el mundo, como de la European South Observatory (ESO) y de la NASA , entre otros.

“El proyecto está planeado para concluir a mediados de 2008. Primero entrará en un periodo de calibración y tres meses después dará su primera luz.”

–¿Cómo está compuesto el espectrógrafo?

–Un espectrógrafo es un instrumento que sirve para obtener el espectro electromagnético de la luz de las estrellas. La información que podemos obtener con él, por ejemplo, es saber de qué materiales están compuestas las estrellas. También podemos calcular, por medio del efecto Doppler, la velocidad a la que se mueven, se alejan o se acercan a la Tierra.

“La luz entra al telescopio y pasa a través de una serie de componentes ópticos, hasta llegar a los detectores del espectro. El espectrógrafo en realidad es una caja y lo importante es todo lo que va adentro. Está compuesto por 24 lentes. Cada uno tiene un costo de alrededor de dos mil euros, sin trabajar y sin pulir, y se tardan tres o cuatro meses en fabricarlos y mandarlos a México. Muchos vienen de Japón, Alemania y Estados Unidos.

“Una vez que llegan, se tienen que pulir a mano o con máquina, bajo supervisión todo el tiempo del óptico, y cada uno de esos lentes se está llevando alrededor de tres meses de pulido, con una persona aplicada 100 por ciento a ello. Cada uno de esos lentes se tiene que recubrir con material antirreflejante UV, como el de los anteojos, que tiene un costo de mil dólares. Esto lleva un cuidado extremo; por lo tanto, el costo que está teniendo de óptica el proyecto es de casi medio millón de pesos.

“Una gran parte de la pieza óptica se va a hacer en el INAOE, y otra en el Instituto de Astronomía. Todo lo que es mecánica, electrónica, software y control se va a fabricar en el Instituto de Astronomía, a excepción de los detectores, porque esos son sistemas muy complejos, muy caros, y no tenemos ni experiencia ni laboratorios adecuados para fabricarlos.

“Cada uno de estos detectores, que son dos, cuestan alrededor de mil dólares y se tardan más de dos años en fabricarlos. El espectrógrafo va a estar optimizado para dos longitudes de onda: el azul y el rojo. Cada uno de los circuitos electrónicos, llamados Cámara SD, trabajan a temperaturas aproximadas de menos 160 grados centígrados, en dos contenedores con nitrógeno líquido; todo esto es para obtener una gráfica en la cual se pueda ver el espectro electromagnético de las estrellas más lejanas.

“La etapa de diseño concluirá en un año y la etapa de construcción en dos. Durante el tercer año se hará la implementación y afinación del sistema, y se pondrán en acción programas de software y mecanismos de control que harán de este instrumento un sistema totalmente automatizado.”

El también profesor de la Facultad de Ingeniería señaló que “este es un instrumento que no es muy grande, en comparación con los que se han hecho en el instituto para otros proyectos, debido a que nuestro telescopio es el más grande de México, pero no lo es tanto en comparación con otros telescopios del mundo. Mide aproximadamente 1.20 por 1.40 metros, y su peso va a ser de alrededor de 300 kilos. Se instalará en la parte de abajo del telescopio, que se llama Platina. Este instrumento va a permitir hacer investigación astronómica de vanguardia, igual que cualquier otro telescopio del mundo, lo cual es importante.”

–¿Quién o quiénes idearon el concepto?

–Este proyecto está siendo liderado por el astrónomo Juan Echevarría, el investigador principal es Rafael Costero, y yo soy el gestor del proyecto. Yo me encargo de administrar el dinero y ver que la parte de ingeniería esté funcionando adecuadamente.

“Es importante mencionar que este proyecto no es idea de una persona, sino de muchos astrónomos, ingenieros y científicos. Tenemos un comité científico asesor, un comité técnico asesor, un comité astronómico, un comité asesor de gestión, donde colaboran personalidades de gran trayectoria, como el director del Instituto de Astronomía de la UNAM , el director del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, el jefe del Observatorio Astronómico Nacional. También hay un comité técnico externo.”

Farah, miembro fundador de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM , mencionó algunos beneficios que brindará este espectrógrafo para los investigadores:

“Este instrumento tiene varias virtudes sobre los demás que ya tenemos. Por un lado, al tener detectores de mejor calidad, más modernos, va a permitir perder menos luz. Cuando se pierde menos luz (debido a la calidad de los componentes mecánicos, ópticos y electrónicos), es menos tardada la obtención de imágenes. Una regla de oro es que mientras más luz logres concentrar y capturar, la información que vas a obtener es mayor. Con ello se podrán hacer estudios de galaxias con anillos polares; estas galaxias tempranas tienen anillos exteriores de gas, polvo y estrellas, que no son fáciles de distinguir, porque se necesita una resolución adecuada, tanto de las imágenes como del espectro electromagnético.

“Con esta información se podrá analizar y hacer mapeos de nebulosas planetarias. Los planetas están compuestos de ciertos materiales, así que el espectrógrafo ayudará a encontrar en el universo las nebulosas y definir si son planetarias.”